AL FINAL NO QUIERES QUE TE QUIERAN
Al final no quieres que te quieran, solo quieres que te abracen.
Al final no buscas el amor eterno, ¿por qué motivo, si eso es lo que nos han enseñado?
Tímidamente, y con la boca pequeña, te autoconvences de que eso no existe, y ahora sólo buscas besos sinceros, aunque no es necesario que duren hasta mañana.
Al final es suficiente un rato de calor, eso sí, un rato de calor que sea confortable, como si viniera de un amor eterno.
Al final sólo quieres que te abracen, no es necesario que te quieran.
Y entonces apareciste y acabaste, con una sola mirada, con lo que yo había construido en mi cabeza durante los últimos cinco años.
Una sola mirada te hizo falta para deseara eternamente, para desearte eternamente, para dejar tras mi convencimiento, mi tratamiento de normalización.
Y luego me besaste y acabé de pisotear toda esa teoría que me aportaba fuerza y valentía, que me permitía seguir despertando solo cada mañana y me consentía no echar de menos dormir acompañado.
Y de repente me apetece, de repente me apeteces tu.
Seré sincero, no porque te necesite, sino porque quiero y deseo que quieras.
Y de nuevo de repente, desapareció esa mirada y desapareció aquel beso, te fuiste corriendo en cuanto viste cómo cerraba mis ojos mientras duraba ese beso, pero es que me estremecía.
Lo siento.
Y de nuevo vuelvo a ser valiente y fuerte.
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