Fotografía: @ojkosme No hay conversación posible, no hay fuerzas, ni réplica ni respuesta, solo el deseo de olvidar, tachar, ahogar, desvalorizar y descatalogar - te. No hay manera humana de dar color, ni valor ni atrevimiento, no hay deseo, porque ya no lo había, pero se murió, desaparece, se pierde, se va, y se fue. Cuando ya nada más podía ocurrir, cuando ya todo tenía que pasar y no volver, cuando ya nada ni nadie se acordaba de ti, un recuerdo, importante sí; se acaba de ir. Para que se acabara de ir, tuvo que volver, y volvió, solo un poquito, solo una pizca, para dejar claro, a voces, que se tenía que ir, porque en realidad, nunca debió estar, ni ser. Los detalles no los cuento, ojalá ni siquiera fueran, las mentiras ya no duelen, ya no dolían y ya no dolerán, pero las lágrimas aún se sienten años después, ¿volviste? para decir adiós, no; para decirte adiós. A las almas rotas ya no les duele tanto, casi ni duele, la diferencia es un par de golpes más, solo un par, para r
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