TÚ CON ROPA FEMENINA
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Modelo: @danirebomon
Fotografía: @artpaugrant
Algo que jamás habría pensado que me excitara en un hombre, acaba de ocurrir.
Idea falsamente masculina, totalmente destruida por ese corsé y esas medias rojas; ese culo redondo y esas piernas peludas; esos tacones y todo lo que sostienen me han cambiado hoy. Qué equivocado estaba y qué soleado se ve hoy el día, más cálido y templado.
Una idea equivocada, una masculinidad insostenible que, robustamente ocupaba mi cabeza.
Un hombre afeminado con ropa de mujer. Ni hablar, no me pone, no me excita, no me atrae, mentira. Para empezar, no tiene que ser afeminado para vestir ropa de mujer, y para terminar, no tiene que vestir ropa de mujer si es afeminado.
Esta imagen de repente ha echado por tierra esas convicciones de falsa masculinidad para dejarme literalmente babeando. Es como si de repente se hubieran ido todas las nubes y el día hubiera quedado totalmente despejado.
Sigue siendo tu culo peludo, tus piernas fuertes, tu torso con vello y tu barba, esos labios rojos que mil veces quiero besar y saborear, esa mirada profunda y delicada que me hace estremecer a la vez que enloquecer.
Ahora con un complemento que me sorprende, porque no me lo esperaba y me sorprende, porque en ti me excita tanto como cuando solo vistes tu desnudez.
Siento igualmente el deseo de oler tu cuerpo, de notar tu vello en mi mejilla, de acercarme a tu boca y notar tu aliento y tu respiración entrecortada, el mismo deseo de siempre de acercarme a tu cuello y morderlo y entonces lamer despacito tu oreja izquierda.
El mismo deseo con estas prendas delicadas de mujer, no sé si más, incluso, estoy sorprendido, sin palabras, sin poder dejar de mirarte, pensando solamente en acercarme y acariciarte, pero muy suave, o no.
El mismo deseo que cuando te desnudas, el mismo deseo que cuando llegas del trabajo con tus vaqueros y camisa sudada un día, y otro día con tu traje y corbata, y disfruto tocando esas prendas suaves que vistes, tu olor corporal después del día de trabajo, sin embargo, hoy me sorprendes con ésto y deseo tocarte y olerte igualmente, pero no desnudarte, sino mirarte y disfrutarte, que me mires a los ojos, preguntándome con la mirada si realmente me gusta.
Mi respuesta es visualmente evidente, no soy capaz de esconderla, ni quiero esconderla, solo acércate y tócala, cógela; puedes acariciarla.
De repente me regalas ésto, de repente me sorprendes con algo inesperado, de repente consigues que todo me guste, que todo me despierte interés.
Un hombre con ropa interior de mujer, mi hombre con su ropa interior, qué deseo, qué placer.
"Inspirado en mis sensaciones, en mi forma de ver las cosas, en la evolución personal de mi mente; inspirado en el deseo de manifestar que cada uno debería sentirse libre para expresarse cómo realmente es o se siento, bien sea en privado o en público mientras no invada la libertad ajena".
"Todos deberíamos sentirnos respetados y arropados siendo tal cual queremos ser".
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